dom. Dic 1st, 2024

La historia de Esteban es un poderoso testimonio de la pasión por el evangelio y el compromiso con la verdad, incluso frente a la muerte. Como el primer mártir cristiano, Esteban nos muestra lo que significa vivir y morir por la fe. Su vida y predicación revelan la profundidad del amor de Dios y la verdad del evangelio, desafiándonos a compartir con valentía el mensaje de Cristo en un mundo que a menudo rechaza la verdad.

1. La Llamada de Esteban

Versículo (RV60): “Y Esteban, lleno de fe y del Espíritu Santo, miró al cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios.” – Hechos 7:55

Exégesis:
Esteban fue elegido como uno de los primeros diáconos, un hombre lleno de fe y del Espíritu Santo. Su llamado a servir no solo fue un honor, sino que también le permitió ser testigo de la gloria de Dios. Esteban no era un hombre ordinario; estaba lleno del poder del Espíritu y comprometido con la proclamación del evangelio. Su vida nos enseña que, para ser verdaderos testigos de Cristo, debemos estar llenos del Espíritu y dispuestos a servir a los demás, llevando la luz de Cristo a quienes nos rodean.

2. La Predicación de Esteban

Versículo (RV60): “Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo.” – Hechos 6:8

Exégesis:
Esteban no solo servía, sino que también predicaba con poder. Su predicación era acompañada de milagros y prodigios, lo que atraía la atención de la gente. Sin embargo, esto también provocó la oposición de aquellos que no podían soportar la verdad del mensaje que compartía. Esteban utilizó su conocimiento de la Escritura para confrontar a sus oponentes, demostrando que el evangelio de Cristo es el cumplimiento de las promesas de Dios a Su pueblo. Su valentía al declarar la verdad nos desafía a nosotros hoy a ser audaces en nuestra proclamación del evangelio, incluso cuando enfrentamos resistencia.

3. La Defensa de Esteban

Versículo (RV60): “Y les dijo: ¡Hombres duros de servicio e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros siempre resistís al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.” – Hechos 7:51

Exégesis:
En su defensa ante el Sanedrín, Esteban pronunció un poderoso discurso en el que revisó la historia de Israel, subrayando la rebeldía del pueblo y su rechazo de los mensajeros de Dios. Su declaración desafiante revela la urgencia de su mensaje y su profundo amor por su pueblo. A pesar de su inminente muerte, Esteban no se retractó de su fe ni suavizó su mensaje. En cambio, habló la verdad con valentía y claridad. Su ejemplo nos enseña que, aunque la verdad a veces es difícil de aceptar, debemos compartirla con amor y coraje.

4. La Muerte de Esteban

Versículo (RV60): “Y mientras lo apedreaban, Esteban oraba y decía: ¡Señor Jesús, recibe mi espíritu!” – Hechos 7:59

Exégesis:
La muerte de Esteban es un momento de intensa angustia, pero también de profunda fe. Mientras lo apedreaban, Esteban no guardaba rencor ni buscaba venganza; en cambio, oró por aquellos que lo estaban matando. Su última oración refleja el corazón de Cristo, quien también perdonó a sus verdugos. Este acto de perdón en medio del sufrimiento es un poderoso testimonio del impacto del evangelio en nuestras vidas. Nos enseña que la verdadera pasión por el evangelio nos impulsa a amar incluso a nuestros enemigos y a mantener nuestra fe firme, incluso en los momentos más oscuros.

Conclusión

La vida y muerte de Esteban nos invitan a considerar nuestra propia pasión por el evangelio. ¿Estamos dispuestos a compartir la verdad de Cristo, incluso frente a la oposición y el sufrimiento? Esteban es un modelo de fe, valentía y amor. Su ejemplo nos desafía a vivir con la misma dedicación al evangelio, llevando la luz de Cristo a un mundo que desesperadamente la necesita.

Oración Final

“Señor, te agradecemos por el ejemplo de Esteban, un hombre lleno de fe y pasión por el evangelio. Ayúdanos a ser valientes en nuestra proclamación de la verdad y a amar a aquellos que nos rechazan. Que nuestro testimonio sea un reflejo de Tu amor y gracia. En el nombre de Jesús, Amén.”

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