dom. Dic 1st, 2024

La historia de la resurrección de Lázaro es una de las manifestaciones más poderosas de la autoridad de Jesús sobre la muerte y la promesa de vida eterna. Nos muestra que Cristo no solo tiene compasión por nuestro sufrimiento, sino que también tiene el poder de dar vida donde solo hay muerte. A través de esta historia, descubrimos cómo el amor de Dios y Su poder transformador actúan en los momentos de mayor desesperación.

1. El Amor de Jesús y Su Tiempo Perfecto

Cuando Jesús escuchó que Lázaro estaba enfermo, no fue de inmediato a su encuentro, sino que esperó dos días antes de dirigirse a Betania. A veces, Dios permite que enfrentemos situaciones de dolor para mostrar Su gloria de manera más poderosa y para que nuestra fe sea fortalecida.

Versículo (RV60): “Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.” – Juan 11:4

Jesús tenía un propósito en Su demora, aunque los que estaban alrededor no lo entendieran. Esta historia nos enseña que el tiempo de Dios es perfecto y que, aunque no lo veamos en el momento, Él siempre obra para nuestro bien y Su gloria. Dios usa nuestros momentos de mayor angustia para revelarnos Su poder y fidelidad.

2. La Fe en Medio de la Desesperación

Cuando Marta se encuentra con Jesús, ella muestra una mezcla de fe y dolor, creyendo que Él tiene el poder de sanar, pero sin imaginar que también puede vencer la muerte. En su diálogo con Jesús, Él revela una de las verdades más profundas sobre Su identidad.

Versículo (RV60): “Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.” – Juan 11:25

Jesús nos llama a confiar en Él no solo en los momentos de vida, sino también cuando parece que todo está perdido. Él no es solo quien da la vida, sino la vida misma. La fe en Cristo nos da esperanza, incluso en los momentos más oscuros, porque sabemos que Él tiene el poder de restaurar y transformar cualquier situación.

3. Jesús, Conmovido por Nuestro Dolor

Antes de realizar el milagro, Jesús se conmueve profundamente al ver el sufrimiento de María y los demás. Este es uno de los momentos en los que vemos la humanidad de Cristo y Su compasión hacia nuestro dolor. Jesús no es un observador indiferente; Él siente nuestras aflicciones y llora con nosotros.

Versículo (RV60): “Jesús lloró.” – Juan 11:35

Este versículo, aunque breve, es profundo y revela el amor y la compasión de Jesús. Él se identifica con nuestro sufrimiento y nos muestra que Dios no es indiferente a nuestro dolor. Él está cerca de nosotros, nos consuela y nos fortalece en nuestros momentos de aflicción.

4. La Voz de Poder que da Vida

Cuando Jesús llega a la tumba de Lázaro, pide que retiren la piedra, y luego clama con una voz de autoridad: “Lázaro, ven fuera”. En ese momento, Lázaro sale vivo, demostrando que la palabra de Jesús tiene poder sobre la muerte. Este milagro simboliza cómo Él también nos llama a nosotros de la muerte espiritual a la vida en Él.

Versículo (RV60): “Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!” – Juan 11:43

La voz de Jesús no solo tiene el poder de levantar a los muertos, sino también de llamarnos a una nueva vida en Él. Cuando respondemos a Su llamado, nuestras vidas cambian, y experimentamos una transformación que solo Dios puede hacer. Cristo nos invita a dejar atrás la muerte espiritual y a vivir en Su luz y en Su amor.

5. El Propósito Mayor: La Gloria de Dios y Nuestra Fe

La resurrección de Lázaro fue un testimonio poderoso del poder de Dios, y muchos que lo presenciaron creyeron en Jesús. Este milagro fue un anticipo de Su propia resurrección, demostrando que en Él está la vida eterna y la victoria final sobre la muerte. Nuestro dolor y nuestras pruebas pueden ser oportunidades para que otros vean la gloria de Dios en nosotros.

Versículo (RV60): “Entonces muchos de los judíos que habían venido para acompañar a María, y vieron lo que hizo Jesús, creyeron en él.” – Juan 11:45

A través de los milagros y las pruebas, Dios quiere revelar Su gloria al mundo y aumentar nuestra fe. Nuestra vida es un testimonio viviente de Su poder y amor, y cada victoria que nos da se convierte en un motivo de alabanza y en una señal de Su presencia en nosotros.

Conclusión

La resurrección de Lázaro nos muestra que Jesús tiene poder sobre la muerte y que Su amor y compasión nos acompañan en nuestros momentos más difíciles. Dios nos llama a tener fe y a confiar en que Él puede hacer lo imposible. Así como Jesús llamó a Lázaro a salir de la tumba, Él también nos llama a vivir en Su poder y en Su luz, dejando atrás todo lo que nos ata.

Oración Final

“Señor, gracias por mostrarnos en la resurrección de Lázaro que Tú eres la resurrección y la vida. Te pedimos que nos des una fe firme en Tu poder y que nos ayudes a confiar en Ti, aun en los momentos de mayor dolor. Llámanos a una vida nueva en Ti, y permite que nuestra vida sea un testimonio de Tu amor y gloria. En el nombre de Jesús, Amén.”

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